Las nuevas tecnologías, especialmente con el ingreso de la alta definición en los sets de filmación, hicieron que la pornografía sea cada vez mas genital; los planos se acortaron tanto que haciendo un stop aleatoriamente en el medio de alguna escena se pierde referencia de a qué parte de los cuerpos pertenece esa imagen, reduciendo la excitación entre personas a una batalla entre concavidades y convexidades.
Resulta paradójico que cuanto mas desarrollados sean los métodos de captura y reproducción de imágenes mas reducido sea el recorte que se hace de una escena.
Me interesaba llevar eso al límite, abusar de esa regla para poder romperla, donde lo que era totalmente evidente dejase de serlo al ser mostrado de una forma absurdamente visible.
La deconstrucción de imágenes tomadas del universo digital hasta llegar a su mínima expresión: el píxel.
Cada uno de ellos fue reproducido en papel fotográfico extra brillante y multiplicado por cientos su tamaño original, la materialización siempre de la mano del fetichismo.
Dos caminos nos ayudan a recomponer estas nuevas imágenes: la distancia, cuanto mas lejos estamos mas nítidas se nos aparecen; y volver a hacer uso de tecnologías digitales, a través de la pantalla de una cámara o de un celular.
Caetano Veloso supo referirse a la belleza de la Bahía de Guanabara con una frase que dejaba en evidencia la incapacidad de ver lo que está ante nuestros ojos: “Estoy ciego de tanto verla”.
Dos segundos después agregaba cómplice que “…el amor es ciego”.
Daniel Juarez, sobre la serie Cliphunter, febrero del 2011
